La caja negra del fracaso

“Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender.» Charles Dickens

Se denomina caja negra o registrador de vuelo al dispositivo que registra la actividad de los instrumentos y las conversaciones mantenidas en la cabina de aviones, locomotoras…. Su función es almacenar datos que, en caso de que se produzca un incidente, permitan analizar lo ocurrido. Definiría la palabra fracaso como el hecho de no alcanzar los objetivos que previamente se han establecido, en cualquier empresa, proyecto o acción. Por tanto, la caja negra del fracaso hace referencia a la información valiosísima que podemos extraer de los fracasos si somos capaces de sobreponernos, estudiarlos detenidamente y continuar.

Normalmente siempre se suele hablar de negocios ganadores y empresas exitosas, casi nunca se profundiza en las historias hasta el punto de analizar los múltiples errores que se cometieron. Los cuales, con las enseñanzas que proporcionaron, permitieron llegar con éxito al final del camino.
En el mundo de la empresa es fundamental el aprendizaje que obtenemos de los errores para alcanzar el éxito posterior. El fracaso aporta una experiencia esencial, si somos capaces de continuar hacia delante, extrayendo todas las enseñanzas positivas que eviten volver a incurrir en los mismos fallos.

Indudablemente es mejor no fracasar, pero desgraciadamente en la vida real no suele ocurrir. Una vez que se desencadenan los acontecimientos no podemos dar marcha atrás, no existe un botón que permita regresar a la situación previa. Lo que si que depende, única y exclusivamente de nosotros es la manera de afrontar el problema. En un momento así tenemos dos opciones: Hundirnos y desistir o bien continuar el camino, sacando conclusiones positivas que nos permitan salir reforzados de la situación. Alguien me dijo una vez que el que tropieza da dos pasos seguidos si se mantiene en pie.

Le preguntaron a Thomas A. Edison que explicara como había inventado la bombilla de filamento incandescente, él, sin dudarlo contesto lo siguiente:
– Después de que fallaran 999 bombillas la número 1000 funcionó, por lo tanto ahora sé 999 maneras de cómo no se debe hacer una bombilla.
Edison fracasó 999 veces hasta alcanzar el éxito.

RECETAS PARA UN FRACASO

  • Cuenta siempre con un plan B que minimice, en la medida de lo posible, el impacto del problema.
  • La motivación y la confianza en uno mismo son fundamentales para superar los fracasos.
  • Entrénalas diariamente.
  • Analiza detenidamente los errores cometidos.
  • Extrae conclusiones positivas del problema
  • Ten en cuenta que es un paso más de tu aprendizaje vital.
  • Olvida el que dirán, recuerda que el que nunca fracasó es porque jamás intentó nada.
  • Afronta el fracaso de la misma manera que el éxito. Ambos son relativos, por tanto no le des más importancia de la que tiene
  • No se trata de olvidar, sino de recordar. Tener presente los errores que nos condujeron al fracaso para no volver a repetirlos.

Recordemos que muchos de los productos nuevos que nacen fracasan, que un elevado porcentaje de empresas de nueva creación desaparecen, que la historia de la empresa esta plagada de fracasos y decisiones equivocadas que se convirtieron en pasos intermedios de una historia de éxito.

ALGUNOS EJEMPLOS

En los años 80 Coca Cola modificó la formula de su refresco más popular, acuciados por la creciente competencia de Pepsi. La New Coke, como se denominó a la nueva Coca Cola, tropezó con la oposición de la gran mayoría de sus consumidores que no deseaban que se cambiara su bebida favorita

La empresa americana no identificó correctamente la percepción que los consumidores tenían del producto y cometió uno de los errores empresariales más notorios de la historia. Meses después y con elevadas pérdidas volvió a la Coca Cola tradicional.

El MiniDisc era un dispositivo que estaba llamado a convertirse en el Walkman del siglo XXI. La empresa japonesa Sony lo hizo casi todo bien, porque no quería repetir otra mala experiencia como la que había tenido con el Betamax en su lucha con el sistema VHS. Pero el entorno competitivo cambió, con la irrupción de Internet y el formato mp3, lo que condujo de nuevo al fracaso de otro de los productos de la marca nipona.

El 13 de diciembre de 1961, Mike Smith (junto a Dick Rowe, ejecutivo de análisis de nuevos talentos de la oficina de Decca Records en Londres) viajó a Liverpool para ver a una nueva banda de rock and roll. Creyó que tenían talento y los invitaron a una audición el día de Año nuevo de 1962. El grupo viajó a Londres y se pasó dos horas tocando 15 canciones diferentes en los estudios de Decca. Luego se fueron a casa y esperaron una respuesta. Rowe rechazó al grupo con estas palabras: “Para no perder tiempo, Sr. Epstein, no nos gusta el sonido de sus muchachos. Los grupos están acabados, especialmente los cuartetos con guitarras están muertos”. El grupo en cuestión eran los Beatles, casi nada.

En 1972, el ‘Washington Post‘ le ofrecía al Chronicle de San Francisco la oportunidad de compartir una serie de artículos que dos reporteros llamados Bob Woodward y Carl Bernstein andaban publicando acerca de un affaire en el cuartel general de los demócratas en Washington, el hotel Watergate. Carlos Thieriot, su propietario, dijo ‘no’: “Esa historia no despertará ningún interés en la Costa Oeste” sentenció, dejando vía libre a su rival, el San Francisco Examiner, que se hizo los derechos por la impresionante suma de… 500 dólares.

EN CONCLUSIÓN…

Analiza con tranquilidad cada fracaso y extrae conclusiones positivas del mismo, recuerda que el fracaso es el primer paso hacia el éxito, por eso lo importante es seguir adelante.

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