El arte de la prudencia

El arte de la prudencia

El arte de la prudencia. Corría el año 1647 cuando Baltasar Gracián  publica en Huesca el oráculo manual y el arte de la prudencia, una obra genial en la que a través de 300 aforismos o sentencias breves nos otorga claves para sobrevivir en una sociedad convulsa, compleja y en crisis. Se trata de un conjunto de enseñanzas universales, perfectamente extrapolables a la situación actual y muy útiles en el mundo de los negocios.

Hace varios años, descubrí y disfrute con  la obra excepcional de mi paisano. Un volumen que  se convirtió, a principios de los 90, en un bestseller (The Art of Worldly Wisdom: A Pocket Oracle) por la posibilidad de aplicar sus textos al mundo de la gestión de empresas, cuando un empresario italiano la adaptó al inglés.

Los planteamientos de Baltasar Gracián se desarrollan en un periodo hostil y proporcionan al lector herramientas para salir triunfante en la carrera de la vida. En una época dura y competitiva, como fue el barroco, en la que prevalece la fachada y los excesos ornamentales frente a la verdad, en el manual se recogen múltiples habilidades y recursos para salir victoriosos del envite.

El arte de la prudencia enseña múltiples caminos para alcanzar el éxito en los tiempos actuales que expongo de forma resumida a continuación.

LAS 15  CLAVES DEL LIBRO

Destacaría de la obra del escritor aragonés estos 15 principios que siguen muy vigentes en la actualidad y  proporcionan muchas enseñanzas que hubieran facilitado la coyuntura actual a muchos gestores.

  1. Controla tus propias pasiones e intenta reconocer las de los demás.
  2. Reconoce cuando retirarte. Una buena retirada es un ataque elegante.
  3. Conócete a ti mismo y mejora tu autoconfianza. Se consciente de tus talentos y capacidades.
  4. Conviértete en alguien versátil y camaleónico. Debes de ser universal en el ingenio y en la astucia.
  5. No muestre tus cartas ni desarrolles más fuerza de la necesaria, mantén tus habilidades y recursos en secreto.
  6. Rodéate de buenos colaboradores. Aprovecha la inteligencia de los otros.
  7. Ten principios y sentimientos elevados. Te llevarán a hacer actos nobles, elevarán tu mente y aumentarán tu dignidad.
  8. La importancia del saber y del valor. Uno vale lo que sabe, hombre sin conocimientos vive en la oscuridad. Sin el valor la sabiduría es estéril.
  9. Ser y parecer. Ser útil y saber como mostrarlo es ser doblemente útil. Distingue a la gente de palabras de la gente de hechos.
  10. Mantén una reserva secreta que puedas utilizar en tiempos difíciles. Ten siempre algo a lo que recurrir cuando tengas temor a la derrota.
  11. Disfruta de la vida. Vive sin prisas, saber como separar las cosas es saber como disfrutarlas.
  12. Aprende a decir no, saber negar es tan importante como saber conceder.
  13. Actúa según el momento y las circunstancias. No vivas ni te guíes por ideas fijas e inalterables.
  14. Piensa antes de hacer. La más grande previsión es determinar de antemano los tiempos turbulentos. Planifica tus actos con esmero y dedicación.
  15. Consigue hacerte indispensable. Trata de que la gente dependa de ti.

PARA CONCLUIR…

Como ven todos estos principios tienen vigencia más de 350 años después, por lo que al fin y al cabo puede que las cosas no hayan cambiado tanto. O que seguimos cayendo en los mismos errores de antaño.

Para terminar les dejo algunas sentencias que ilustran el pensamiento de Baltasar Gracián y su prosa didáctica y filosófica.

  • Pise firme siempre en el medio y no vaya por extremos que son peligrosos todos.
  • Es mejor consultar las cosas con la almohada a tiempo que perder el sueño por su causa después.
  • Estiman algunos los libros por la corpulencia, como si se escribieran para ejercitar antes los brazos que los ingenios.
  • La verdadera libertad consiste en poder hacer lo que se debe hacer.

No todo sea especulación, haya también acción. Los muy sabios son fáciles de engañar, porque aunque saben lo extraordinario, ignoran lo ordinario del vivir, que es más preciso. La contemplación de las cosas sublimes no les da lugar para las manuales; y como ignoran lo primero que habían de saber, y en que todos parten un cabello, o son admirados o son tenidos por ignorantes del vulgo superficial. Procure, pues, el varón sabio tener algo de negociante, lo que baste para no ser engañado, y aun reído. Sea hombre de lo agible, que aunque no es lo superior, es lo más preciso del vivir. ¿De qué sirve el saber, si no es práctico? Y el saber vivir es hoy el verdadero saber.

Baltasar Gracián

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